Curiosidad. Nacemos con este deseo de conocer lo que no sabemos. Es un poder que usamos sin pensar. Preguntamos “por qué”, una y otra vez, hasta que nuestros padres levantan los hombros con frustración o hartazgo.

Con el paso del tiempo, vamos perdiendo la curiosidad. Un poco, nos desalientan. ¿Quién no se sintió intimidado de hacer una pregunta en clase para no interrumpir, molestar o quedar como ignorante frente a los demás?

Y otro poco, nos desanimamos nosotros mismos. No estamos dispuestos a admitir que no sabemos una respuesta y, entonces, simplemente dejamos de hacer la pregunta o plantear un experimento mental.

Pero… ¿la curiosidad es una sola o hay distintos tipos? Por ejemplo, ¿qué diferencia hay entre tener curiosidad por conocer la vida privada de los famosos o la curiosidad por conocer cómo funciona una central nuclear? ¿Una es mejor que la otra? ¿Todas nacen del mismo lugar?

 

LOS TIPOS DE CURIOSIDAD

El psicólogo británico Daniel Berlyne se encargó de diferenciar los diferentes tipos de curiosidad:

  • Específica: deseo o necesidad de información distinta
  • Diversiva: incesante búsqueda de estímulos para evitar el aburrimiento
  • Perceptual: provocada por estímulos sorprendentes, ambiguos o novedosos
  • Epistémica: auténtico anhelo de conocimiento nuevo

En su estudio de la curiosidad, Berlyne también identificó los factores que determinaban si algo era interesante o digno de ser explorado:

  • Novedad: objetos o acontecimientos nuevos o inéditos (salida de un smartphone)
  • Complejidad: lo analizado no obedece a patrones claros, sino que contiene una diversidad de componentes vagamente integrados (comportamiento en la economía)
  • Incertidumbre: situaciones en las que es posible cualquier cantidad de resultados alternativos (meteorología)
  • Conflicto: la información nueva es incompatible con el conocimiento o las tendencias existentes (no había armas de destrucción masiva en Irak).

A su vez, en su libro “Curioso: el deseo de saber y por qué tu futuro depende de él”, Ian Leslie resume a la curiosidad en dos tipos:

CURIOSIDAD DIVERSIVA: es la relativa a la diversión o desvío, esencial para una mente exploradora.

Es la que nos abre los ojos ante lo nuevo y lo desconocido, nos anima a buscar nuevas experiencias y a conocer gente nueva. Y la razón principal por la que los adolescentes juegan con fuego y los adultos engañan a sus parejas por Internet. La curiosidad diversiva despierta el interés inicial por aprender algo nuevo, pero sin un propósito que le permita profundizar y madurar, puede convertirse en una pérdida inútil de energía y tiempo… el equivalente a perseguir objetos brillantes.

Ahí es donde entra la curiosidad epistémica.

CURIOSIDAD EPISTEMICA: representa la profundización que va más allá de una simple búsqueda de novedad intentando construir comprensión.

Es un conjunto de acciones dirigidas para conocer algo más en detalle, mejorar una destreza o dirigir nuestros esfuerzos hacia un objetivo. Por ejemplo, para iniciar un blog o escribir un libro, la curiosidad epistémica nos llevaría a leer libros sobre escritura, anotarnos en un taller literario y trabajar junto a un editor.

Poniéndolo muy simple: la curiosidad diversificada te ayuda a pensar en ideas y la curiosidad epistémica, a darles vida.

 

¿QUÉ HACER CUANDO SE APAGA EL FUEGO DE LA CURIOSIDAD?

 

#1 – ENTRENARLA

Como adultos, podemos cultivar la práctica de la curiosidad disciplinada. Esto nos lleva a trabajar más como científicos y a sostener el interés en lugar de perseguir cada novedad que aparece como si tuviéramos 5 años otra vez y nos hechizaran globos, golosinas o cachorros.

Si bien de chicos somos curiosos por naturaleza, no tenemos la disciplina para mantener el interés lo suficiente como para que nos lleve a algún descubrimiento valioso.

>> TIP: participá en algún desafío o actividad creativa que no tenga nada que ver con nada de lo que hacés regularmente. Un reto de dibujo, un taller de escritura, empezar a meditar.

#2 – RECUPERARLA Y RETENERLA

Un sentimiento que atenta contra la curiosidad es, sin dudas, la arrogancia. Cuando vamos mejorando nuestras competencias creativas en algún terreno es muy tentador convencernos de que sabemos todo lo que hay que saber. La clave es mantener la mentalidad de aprendiz toda la vida.

>> TIP: desafiarnos a probar nuevas actividades que nos pongan en el lugar de principiantes es una forma efectiva de conversar intacto el poder de la curiosidad. Tal como lo expresa en este video el maestro Shifu.

 

#3 – DIVERSIFICAR EL ECOSISTEMA MENTAL

La biodiversidad no es otra cosa que un ecosistema rico en especies. Bueno, también aplica al buscar conocimiento en diversas áreas de interés, aumentamos nuestra capacidad creativa.

La creatividad es la forma de conectarnos e interactuar con lo que nos rodea.

También se describe a la creatividad como puntos de conexión.

>> TIP: En otras palabras, primero tenemos que nutrir nuestra biblioteca de puntos para conectar. Hablo de esto en el webinar IDEAS PARA TERMINAR CON EL SEDENTARISMO MENTAL y van a encontrar sugerencias para que se dejen guiar por su curiosidad.

#4 – LLEVAR UN REGISTRO DE TUS IDEAS

A nadie le faltan ideas. Pero a menos que las captures de modo analógico o digital, nunca las aprovecharás en serio. Este es uno de los 7 hábitos creativos de los que hablo en este post.

>> TIP: un anotador que nos acompañe a todos lados o una nota en el celular donde apuntar las ideas sin juzgar e ir armando una base de datos de ideas y conocimientos a explorar, profundizar y conectar.

#5 – HACER PREGUNTAS

Nos hicieron creer que las respuestas son más valiosas que las preguntas. Sobre todo, en ámbitos académicos y laborales, donde muchas veces obtener la respuesta correcta significa buenas calificaciones, aprobación, promociones y aumentos de sueldo.

Pero en la vida, las preguntas son más valiosas que las respuestas. Las preguntas motivan una exploración más profunda. Conducen a resultados inesperados, provocan avances creativos e impulsan nuestra innovación.

>> TIP: algunas preguntas que siempre funcionan como detonadores mentales: ¿Por qué?, ¿Qué pasaría si…?, ¿Cómo?, ¿Qué hace que esto sea posible ahora y no antes?, ¿Existe una forma mejor?

 

¿CÓMO TE LLEVÁS CON TU CURIOSIDAD?

La curiosidad es una hermosa brújula para navegar por la geografía de una vida creativa. Para mí, significa la oportunidad de explorar nuevas rutas y evitar que la rutina tome el control de mi vida. En este post te cuento por qué es tan importante para mí dejarme guiar por mi curiosidad.

Siempre resuenan en mí las palabras que escribió Gustave Flaubert en su cuaderno de apuntes y reflexiones: “Cualquier cosa se vuelve interesante si se mira el tiempo suficiente”.

La buena noticia es que podemos recuperar o retener el poder de la curiosidad mientras caminamos por el mundo… el primer paso es ir por la vida con el asombro a flor de piel, en lugar de esa sensación de preocupación que tantas veces nos gana.

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